martes, 6 de noviembre de 2018

MEMORIA DE LA SALVACIÓN DEL SANTO CÁLIZ, Julio de 1937




En la Catedral de Valencia se venera el que, según la tradición, es el cáliz conservado por la Virgen María y los apóstoles y llevado por Pedro a Roma, donde los Pontífices lo utilizaron para consagrar la Eucaristía durante algo más de dos siglos. En la persecución contra los cristianos llevada a cabo por Valeriano en el 258, el papa Sixto II, antes de ser martirizado, habría confiado el cáliz al diácono Lorenzo, de Huesca, quien lo envió a su ciudad natal.
En la diócesis de Huesca estuvo hasta la invasión musulmana,  y posteriormente en el monasterio de San Juan de la Peña, en el que el cáliz estuvo hasta 1399, cuando el Rey Martín de Aragón lo llevó a Zaragoza, pasando después a Barcelona hasta que Alfonso el Magnánimo lo depositó en 1424 en Valencia, primero en su palacio y, posteriormente, en la Catedral, según un acta notarial de 1437. Durante la Guerra de la Independencia, entre 1809 y 1812, fue llevado el Cáliz a Alicante y, después, a Ibiza y Mallorca.
La Guerra Civil es causa dramática de su salida forzada del sagrado recinto. Elías Olmos, canónigo archivero de la Catedral de Valencia, protagonista de aquellos episodios, publicó un folleto en el que se recoge la crónica de cómo se salvó esta joya. El día 21 de julio de 1936, después de celebrarse la Santa Misa, María Sabina Suey salió de la Catedral llevando el Cáliz a su domicilio en la calle Avellanas. Tres horas después las turbas incendiaron la capilla y su contenido. En casa de los Suey estuvo a partir de ese momento. El 8 de agosto hubo un conato de registro de milicianos, que resultó frustrado. Lo escondió entonces, disimulado en un armario, don José Cortés Díaz, ayudado por su hijo Salvador, el cual sería asesinado semanas después. El 29 de agosto hubo otro registro, en el que no encontraron la sagrada reliquia. Viendo el peligro que corría el Grial, se llevó a casa de Adolfo Suey, hermano de María, en la calle de Pelayo ocultándolo en un sofá. Aquí se sufrieron otros dos registros, y el 30 de enero de 1937 vuelve a la calle Avellanas y se decide llevarlo a Carlet el 20 de junio de 1937, a una casa de los Suey, habitada por Bernardo Primo Alufre.
El 30 de marzo 1939 las fuerzas republicanas dejaban Carlet y Elías Olmos entrega la copa a la Junta Recuperadora del Tesoro Artístico Nacional, que lo reintegra al Cabildo Metropolitano el Jueves Santo 9 de abril siguiente, en la Lonja valenciana, pues la Catedral estaba profanada y destruida.
                Para memoria de la estancia de la sagrada reliquia en el domicilio de Sabina Suey, en la calle Avellanas de Valencia, fue colocada una lápida conmemorativa en la cocina, en el mismo lugar en el que estuvo escondido el Santo Cáliz, con la siguiente leyenda:

EL SANTO CALIZ DE LA CENA
(SANTO GRIAL)
VENERADO EN LA CATEDRAL DE VALENCIA
SALVADO DE UNA DESTRUCCION
SEGURA DURANTE LA REVOLUCIÓN
MARXISTA POR EL
ILMO. SR. DR. D. ELIAS
OLMOS Y CANALDA
CANONIGO ARCHIVERO DE LA
CATEDRAL DE VALENCIA
QUIEN LE ENTREGO PARA SU
GUARDA Y CUSTODIA A LA
SRTA. SABINA SUEY
CUYA FAMILIA LE OCULTO
EN ESTE LUGAR DESDE
JULIO DEL AÑO 1936
A JULIO DE 1937




1 comentario: