El domingo 3 de noviembre de 1929 le fue
tributado un homenaje de agradecimiento a su labor como alcalde de la ciudad,
al Excmo. Sr. D. Carlos Sousa y Álvarez, Marqués de Sotelo, (1862-1937),
Durante su mandato se pavimentaron las
calles y plazas, se construyó el alcantarillado, finalizaron las obras del
Mercado Central y de la fachada del Ayuntamiento y se levantaron los puentes de
Nazaret, Aragón y Campanar. También llevó a cabo la importante y discutida
reforma de la plaza de Castelar y urbanizó la avenida de Victoria Eugenia.
El acto había sido promovido y
organizado por la sociedad valencianista Lo Rat Penat, de cuya sede, en la
plaza de Manises, partió la comitiva formada por numerosas comisiones
oficiales, representantes de más de 30
Ayuntamientos de la Provincia con sus bandas de música, representantes de
autoridades, Diputados Provinciales, Concejales y al frente, el Alcalde de la Ciudad.
Se dirigieron a la cercana calle de
Roteros, donde estaba la casa natal del Marqués de Sotelo, y donde se había colocado la lápida
conmemorativa que se le dedicaba por suscripción popular. La tribuna levantada
al efecto la ocuparon las principales autoridades y el presidente de Lo Rat
Penat.
El Sr. González Martí gloso la figura
del Marqués de Sotelo y a los acordes del Himno Regional fue descubierta la
lápida. El Marqués de Sotelo agradeció a los promotores y autoridades el
homenaje que se le tributaba.
La lápida tiene la siguiente
inscripción:
MCMXXIX
AL BENEMERIT REFORMADOR DE LA
CIUTAT
EXCM. SENYOR
EN CARLES SOUSSA Y ALVAREZ
MARQUES DE SOTELO
QUE NAIXQUE EN ESTA CASA EN 16 DE
NOVEMBRE DE 1862
LA SOCIETAT LO RAT PENAT
AB LA AJUDA DEL POBLE DE VALENCIA
Para la confección de la lápida se había
convocado un concurso al que concurrieron siete bocetos que fueron expuestos en
la sede de Lo Rat Penat siendo elegido el presentado por Juan
Bautista Palacios que lo realizó en mármol.
Pocos años después, el 8 de mayo de
1931, el Marqués de Sotelo, solicitó al director del periódico Las Provincias
la publicación de una carta en la que después de reiterar el agradecimiento a
todas las personas que habían contribuido al homenaje que en su día se le
tributó, comunicaba que había mandado retirar la lápida, ya que esta había sido
objeto de actos vandálicos que la habían deteriorado considerablemente.
El Marqués de Sotelo comentó este suceso
con su amigo D. Blas Cañizares Expósito, propietario de una fundición, el cual
se ofreció a reconstruir los trozos de la lápida para sacar un molde y fundirla
en bronce. Todo esto sucedía en el año 1933. Finalizada la guerra civil, y por
haber fallecido el Marqués de Sotelo, el Sr. Cañizares la ofreció al
ayuntamiento para que volviera a ser colocada en su lugar.
El 18 de julio de 1944 fue nuevamente colocada la lápida en el transcurso de un acto al que asistió el Ayuntamiento en Corporación, con su alcalde, el Conde de Trenor, al frente, a quien acompañaban el Capitán General, Gobernador Civil, presidente de la Audiencia, rector de la Universidad, secretario provincial del Movimiento y otras representaciones de entidades. La lápida fue descubierta a los acordes del Himno nacional y terminó el acto con unas palabras del alcalde
El 18 de julio de 1944 fue nuevamente colocada la lápida en el transcurso de un acto al que asistió el Ayuntamiento en Corporación, con su alcalde, el Conde de Trenor, al frente, a quien acompañaban el Capitán General, Gobernador Civil, presidente de la Audiencia, rector de la Universidad, secretario provincial del Movimiento y otras representaciones de entidades. La lápida fue descubierta a los acordes del Himno nacional y terminó el acto con unas palabras del alcalde