Tras el derribo del Palacio Real en 1810,
durante la guerra del francés, el palacio de Cervellón fue utilizado como
alojamiento para visitantes ilustres, siendo el primero de ellos el mariscal
Suchet cuando las tropas napoleónicas ocuparon la ciudad. Posteriormente lo
utilizaron: Fernando VII, su esposa la reina María Cristina, su hija Isabel II
y su esposo Francisco de Asís y finalmente el rey Amadeo I de Saboya.
Para memoria de estas reales
estancias había una lápida con la leyenda:
EN ESTE PALACIO
DE LOS CONDES DE CERVELLÓN
APARENTADOS CON LOS DUQUES DE FERNÁN – NUÑEZ
RESIDÍAN EN SUS VIAJES A VALENCIA
LOS REYES DE ESPAÑA
EL S. XIX
Finalizada la guerra contra Napoleón,
Fernando VII el Deseado llegaba a Valencia, donde hizo su triunfal entrada el
día 16 de abril de 1814. A su llegada, los absolutistas presentan a Fernando
VII el Manifiesto de los Persas, exigiéndole que acabe con el
proceso reformador liberal y que restablezca la Inquisición. Por otro lado, el
general Francisco Javier Elío, Capitán General de Valencia, juró conservar el
trono con todos sus derechos lo que hizo posible que Fernando VII firmase, el 4
de mayo de 1814, el Decreto de Valencia, que abolía el régimen constitucional.
Años después y en este mismo palacio, la
tarde del 12 de octubre de 1840, la viuda de Fernando VII, la reina
gobernadora María Cristina de
Borbón Dos Sicilias leyó un discurso en el que renunciaba a la
guardia y custodia de las dos hijas que había tenido con Fernando VII, la futura
Isabel II y la infanta Luisa
Fernanda, quedando ambas bajo la custodia del Gobierno. Cinco días
después, el 17 de octubre, María Cristina se despidió de sus dos hijas y embarcó
rumbo a Marsella.
También de estos dos históricos hechos
quedó constancia en una lápida con la inscripción:
FERNANDO VII
ANSÍO AQUÍ LA CONSTITUCIÓN DE 1812
Y SU VIUDA DOÑA MARIA CRISTINA
RENUNCIÓ EN EL GENERAL ESPARTERO
A LA REGENCIA DE ISABEL II
EN 1840
Durante
la visita que el rey Amadeo I de Saboya el duque de Fernán Núñez puso a
disposición del monarca su morada .. en
cuya blanca fachada, compuesta de dos torres no muy altas, y un cuerpo central
mas bajo que entre ellas corre, se abre en tres filas una serie de balcones
que, con los hierros y las persianas pintadas de vistoso color verde, le dan el
alegre aspecto de una quinta…
También quedó impresa en piedra
la memoria de esta visita con esta inscripción:
D. AMADEO DE SABOYA
SE HOSPEDO EN ESTE MISMO PALACIO
EN SEPTIEMBRE DE 1871
Después
de la guerra civil el palacio fue alquilado a diversas personas e
instituciones. Hubo una carpintería en un bajo, una academia en el entresuelo,
la Organización Juvenil Española y una asociación de jóvenes llamada Adelfo
estuvo en el primer piso y en el segundo la pensión Vasca.
En 1976 fue declarado monumento
histórico artístico y en 1987 pasó a ser de propiedad municipal. Las obras de
consolidación del edificio y habilitación para sede del Archivo Histórico
Municipal se llevaron a cabo entre 1996 y 2003 bajo la dirección del arquitecto
José María Herrera.
.. existe todavía la
escalera con peldaños de mármol y baranda ochocentista, sobre la que hubo una
marquesina acristalada que la cubría a lo largo de todo el recorrido. Por ella
se accedía a las estancias principales en las que había lujosos salones…. en el
lado opuesto, atravesando un arco de medio punto, hay otra escalera de mayor
amplitud pero sin ningún detalle decorativo digno de mención, que da acceso
también al piso principal…
En
una de las escaleras había una lápida con este texto:
ESTA ESCALERA ERA ENTONCES
LA UNICA PRINCIPAL
Las dos escaleras desaparecieron con la
restauración.
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