En el mes de septiembre de 1895, tras la
muerte del sainetero Eduardo Escalante Mateu (1834 – 1895), el ayuntamiento de
Valencia había propuesto en una sesión municipal dedicarle una calle de la
ciudad. En los años 1906 y 1918 hubo dos intentos fallidos para dedicarle la
calle continuación de D. Juan de Austria, actual Sorní, y la plaza de Cajeros.
El ayuntamiento de Pueblo Nuevo
del Mar, antes de la anexión a Valencia, ya le había dedicado la calle en la
que había nacido. Un numeroso grupo de vecinos de la población se había
dirigido mediante instancia firmada el 25 de febrero de 1896 al alcalde de
Pueblo Nuevo del Mar, solicitando se le dedicara al sainetero la calle Chapa,
en cuya casa nº 31 había nacido. Asimismo, solicitaban formar una comisión para
abrir una suscripción popular para costear una lápida que había de colocarse en
la mencionada casa natal. En la sesión municipal celebrada dos días después, el
27 de febrero, se accedía a lo solicitado por los vecinos.
Se formó la mencionada comisión
y una vez dispuesta la lápida para ser colocada en la casa natal de Escalante
surgieron discrepancia políticas que aconsejaron depositar la lápida en el
taller en el que había sido confeccionada esperando mejores días. Al cambiar la
composición del Ayuntamiento de Pueblo Nuevo del Mar se intentó nuevamente la
colocación de la lápida, pero esta ver los problemas vinieron de la dueña de la
casa en la que había de colocarse, ya que se negaba a autorizarlo. La comisión
gestora encargó a uno de sus miembros, Bernardo Morales San Martín, que tuviese
la lápida en depósito junto con las listas de suscripción y el sobrante … hasta que los años o la anexión a Valencia
nos civilicen un poco y no ofrezcamos al público sensato espectáculos tan
ridículos…
Años después, ya anexionado Pueblo
Nuevo del Mar a Valencia, el 13 de noviembre de 1905 Bernardo Morales San
Martín dirigió un escrito al ayuntamiento de Valencia en el que manifestaba lo
molesto de su situación, por lo que se acordó fuera entregada la lápida en el
archivo municipal y al concejal residente en los poblados marítimos, D. Pascual
Romaní y Morales, las listas de suscripción, nota de los gastos y sobrante de
los mismos.
Allí permaneció la lápida hasta
el 25 de octubre de 1921, en el que el alcalde decretaba que el archivero
municipal, Sr. Vives Liern, entregara al Sobrestante de Monumentos, D. José
Roca la lápida, de mármol negro, que había de colocarse en la fachada de la
casa natal de Escalante.
El 30 de octubre de 1921 tuvo
lugar el acto de descubrimiento de la lápida presidido por el concejal D. José
Ballester que representaba al alcalde Sr. Samper.
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