Este instituto, que comenzó su andadura por decreto de 26 de
agosto de 1933 con el nombre Blasco Ibáñez,
enmarcado en la obra educativa de la Segunda República, siendo su primer
director el catedrático de matemáticas Desiderio Sirvent López. Estuvo ubicado
provisionalmente en unos locales cedidos por las Escuelas de Artesanos.
Las clases se iniciaron el 1 de
diciembre de ese año con 400 alumnos y alumnas. Ante la precariedad de las
instalaciones se buscaron nuevos locales en el Instituto Asilo San Joaquín, en
la calle Almirante Cadarso, que fue alquilado por el Ministerio de Instrucción
Pública y a cuyas nuevas instalaciones se trasladaron el 1 de julio de 1936. El
inicio de la guerra civil impidió comenzar el nuevo curso en estas aulas que
hubieron de ser cedidas para su uso como hospital infantil. Las actividades académicas del Instituto
Blasco Ibáñez se desarrollaron en el colegio San José de los PP Jesuitas en la gran
vía de Fernando el Católico.
Finalizada la guerra civil, el
20 de abril de 1939 cambió la denominación del instituto, de Blasco Ibáñez a
San Vicente Ferrer, pasando a ser exclusivamente femenino y volviendo a ocupar
las instalaciones en el Instituto Asilo San Joaquín. En la década de los años
1960 fue erigido un edificio de nueva planta sobre los solares del antiguo
asilo.
Los actos de conmemoración del
cincuentenario dieron comienzo el día 16 de junio con una misa concelebrada por
sacerdotes vinculados al centro. A continuación fue impartida una lección
magistral a cargo de la exprofesora Carmen Gabriel Peralt.
En el vestíbulo del instituto fue
descubierta una placa conmemorativa en la que puede leerse la siguiente
inscripción:
EN EL CINCUENTENARIO
DE LA
FUNDACIÓN DEL INSTITUTO
LAS ANTIGUAS ALUMNAS
1922 - 1983
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