El primer proyecto de una
estación para la Sociedad Valenciana de
Tranvías fue la construida en Marchalenes en 1867 para la línea Valencia –
Liria.
En el año 1892 se aprobó el proyecto
para una nueva estación que se llamó de Santa Mónica o como se la conocía
popularmente, del Pont de Fusta, por estar situada frente a la pasarela de
madera por la que los viajeros cruzaban el cauce del Turia. Esta nueva
estación, obra del arquitecto valenciano Joaquín María Belda Ibáñez, centralizó
en sus andenes los servicios ferroviarios que desde Valencia se dirigían al
Grao, a Rafelbunyol, a Bétera y a Liria.
Para conmemorar el centenario de
la estación se organizó una exposición con numerosos elementos y útiles
ferroviarios de diversas épocas. El día 19 de diciembre de 1992, fecha del
centenario,
se
disparó una mascletá a cargo de la pirotécnica Brunchú, finalizada la cual,
partió de la estación un tren especial con destino a la Pobla de Farnals donde
se celebró una comida.
Una placa cerámica, cedida por
la Asociación Valenciana de Amigos del Ferrocarril, colocada en la antigua
estación, recuerda la efemérides con la leyenda:
LA ASOCIACIÓN VALENCIANA DE
AMIGOS DEL FERROCARRIL
EN EL I CENTENARIO DE
LA ESTACIÓN DE PONT DE FUSTA
1892 - 1992
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