El martirio de San Vicente se produjo
durante la persecución emprendida por el emperador Diocleciano contra los
cristianos en el año 304. El obispo de Cesaraugusta, Zaragoza, Valero y Vicente,
su diacono, fueron apresados y trasladados a Valentia para ser juzgados por
orden del prefecto Daciano. La sentencia condenó al exilio a Valero, pero el
joven diacono sufrió cuyo cruel martirio convirtiéndose en ejemplo para la fe cristiana,
propagándose su culto rápidamente y extendiéndose su fama por todo el imperio
romano.
El lugar donde, según la
tradición, había sufrido martirio el santo, fue venerado desde tiempos
antiguos. Durante la dominación islámica el recinto se transformó en baños del
palacio musulmán,
Con la llegada de Jaime I en
1238 se construyó una capilla dedicada a san Vicente Mártir sobre los restos de
las edificaciones islámicas, que ha llegado hasta nuestros días, siendo uno de
los lugares vicentinos de obligada visita en la festividad del santo.
La capilla estaba ubicada en la
que se conocía, hasta la desamortización
de 1835, como Casa del Chantre. La portada de acceso se realizó en el año 1831
a expensas del chantre D. Miguel Cortés López, que además reconstruyó la
capilla.
Para memoria de estas obras se colocó
una lápida conmemorativa en el muro interior derecho de la capilla con la
inscripción:
Imagen virtual de la lápida |
A
HONRA Y GLORIA DE DIOS, DE SU SANTÍSIMA MADRE LA I.S.V. MARÍA Y DEL ÍNCLITO
MÁRTIR SAN VICENTE, SE CONSTRUYÓ LA PORTADA Y SE RENOVÓ ESTA CAPILLA A EXPENSAS
DEL DIGNIDAD CHANTRE DE ESTA SANTA IGLESIA METROPOLITANA. AÑO 1831
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