En el IV Centenario de la Canonización
de San Vicente Ferrer la ciudad de Valencia celebró unas importantes fiestas entre
los días 29 y 30 de junio y del 1 al 8 de julio de 1855.
De entre los numerosos actos celebrados,
el día 2 de julio, tuvo lugar la bendición de una nueva iglesia que se había
construido en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de San Vicente Ferrer.
Después de una función religiosa que en
la parroquia de san Esteban había celebrado el Colegio de Notarios tuvo lugar
la solemne inauguración de la nueva iglesia que se había levantado en el
Colegio Imperial.
En solemne procesión se trasladó el
Santísimo desde la parroquia de San Andrés por la calle Garrofera, Abadía de
san Martín, calle de San Vicente, Bajada y plaza de san Francisco, calle y
plaza de las Barcas y calle del Empedrado.
En
memoria de esta inauguración se colocó una lápida de mármol blanco sobre la
puerta de la iglesia con la inscripción:
AUSPICE DEO ANNO MDCCCLV
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