lunes, 14 de noviembre de 2016

MEMORIA DE LOS FUSILAMIENTOS EN LA CIUDADELA, 13 de Agosto de 1820



Uno de los muchos levantamientos conspiratorios destinados a sustituir la monarquía absoluta de Fernando VII por una monarquía liberal, fue el encabezado por el coronel Joaquín Vidal, en el año 1819 en Valencia. El pronunciamiento iba a efectuarse el día en el que el Capitán General, Francisco Javier Elio, iba a asistir a una representación teatral en nuestra ciudad el día de Nochevieja, pero la suspensión de la función obligó a un cambio de planes. Advertido Elio de la trama, tomo la iniciativa y arrestó personalmente al coronel Vidal, que resulto herido de gravedad en la reyerta, y a otros implicados, como Félix Beltrán de Lys, Diego María Calatrava, los capitanes Juan María Solá y Luis Ariño, los sargentos Rangel y de la Rosa y otros hasta un total de trece, que fueron condenados muerte y ejecutados.  
                La ejecución tuvo lugar el 20 de enero de 1819 en el Llano del Remedio, junto a la Ciudadela.
Se colocaron dos horcas y un tablado frente a la pared de la Ciudadela y a unos dos pasos se colocaron doce banquillos. El tablado se utilizó para degradar al Coronel Vidal que estaba moribundo a causa de las heridas y acto seguido lo ahorcaron. A los demás los fusilaron por la espalda sentados en los banquillos y enseguida los ahorcaron subiéndolos con una garrucha. Permanecieron colgados hasta que los llevaron en carros al Carraixet a las 6 de la tarde.

                A raíz de estos acontecimientos este lugar fue considerado sagrado para los liberales, que lo bautizaron con el nombre de Campo de la Libertad. Allí acudieron poco tiempo después, el 14 julio de 1820, a celebrar un acto organizado por la Sociedad Patriótica para festejar el haber jurado la Constitución Fernando VII unos días antes en Madrid.

El 13 de agosto de 1820 se les rindió a las trece víctimas un homenaje, en el mismo lugar en el que habían sido ejecutadas, consistente en la colocación en la pared de la Ciudadela de una lápida conmemorativa.
El día anterior se había hecho un bando con timbales y clarines para convocar al pueblo. La lápida,  que recordaba la muerte que sufrieron los reos ahorcados el 20 de enero de 1919, fue llevada en el llamado Carro de la Constitución y colocada en la pared de la Ciudadela, en el Campo del Remedio, ya entonces conocido como Campo de la Libertad. Acompañaron al carro numerosas personas portando ramos de laurel y olivo y una comparsa de niñas vestidas de blanco con palomas en la mano significando la inocencia de los reos. Presidió el acto el capitán general, conde de Almodovar.


Muro de la Ciudadela recayente al Llano del Remedio



Al cumplirse el segundo aniversario de las ejecuciones, el 19 de enero de 1821 fueron exhumados los cadáveres del cementerio del convento de monjas de la Trinidad y por la tarde conducidos en un carro triunfal acompañados de un inmenso gentío al Campo de la Libertad, donde se pronunció un elocuente discurso. A continuación fueron llevados a la iglesia de la Compañía donde fueron colocados en un majestuoso catafalco. Después de celebrada una misa de réquiem se pronunció una oración fúnebre y sus restos fueron trasladados al cementerio inmediato a la puerta de san Vicente donde fueron disparadas salvas en su honor. Toda la carrera estaba engalanada como en las grandes festividades, siendo escoltada a retaguardia por la Milicia Nacional.



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