Uno de los muchos levantamientos
conspiratorios destinados a sustituir la monarquía absoluta de Fernando VII por
una monarquía liberal, fue el encabezado por el coronel Joaquín Vidal, en el
año 1819 en Valencia. El pronunciamiento iba a efectuarse el día en el que el
Capitán General, Francisco Javier Elio, iba a asistir a una representación
teatral en nuestra ciudad el día de Nochevieja, pero la suspensión de la
función obligó a un cambio de planes. Advertido Elio de la trama, tomo la
iniciativa y arrestó personalmente al coronel Vidal, que resulto herido de
gravedad en la reyerta, y a otros implicados, como Félix Beltrán de Lys, Diego
María Calatrava, los capitanes Juan María Solá y Luis Ariño, los sargentos
Rangel y de la Rosa y otros hasta un total de trece, que fueron condenados
muerte y ejecutados.
La ejecución tuvo lugar el 20 de
enero de 1819 en el Llano del Remedio, junto a la Ciudadela.
Se
colocaron dos horcas y un tablado frente a la pared de la Ciudadela y a unos
dos pasos se colocaron doce banquillos. El tablado se utilizó para degradar al Coronel
Vidal que estaba moribundo a causa de las heridas y acto seguido lo ahorcaron. A
los demás los fusilaron por la espalda sentados en los banquillos y enseguida
los ahorcaron subiéndolos con una garrucha. Permanecieron colgados hasta que
los llevaron en carros al Carraixet a las 6 de la tarde.
A raíz de estos acontecimientos
este lugar fue considerado sagrado para los liberales, que lo bautizaron con el
nombre de Campo de la Libertad. Allí acudieron poco tiempo después, el 14 julio
de 1820, a celebrar un acto organizado por la Sociedad Patriótica para festejar
el haber jurado la Constitución Fernando VII unos días antes en Madrid.
El 13 de agosto de 1820 se les rindió a
las trece víctimas un homenaje, en el mismo lugar en el que habían sido
ejecutadas, consistente en la colocación en la pared de la Ciudadela de una
lápida conmemorativa.
El día anterior se había hecho un bando
con timbales y clarines para convocar al pueblo. La lápida, que recordaba la muerte que sufrieron los reos
ahorcados el 20 de enero de 1919, fue llevada en el llamado Carro de la
Constitución y colocada en la pared de la Ciudadela, en el Campo del Remedio, ya
entonces conocido como Campo de la Libertad. Acompañaron al carro numerosas
personas portando ramos de laurel y olivo y una comparsa de niñas vestidas de
blanco con palomas en la mano significando la inocencia de los reos. Presidió el
acto el capitán general, conde de Almodovar.
Muro de la Ciudadela recayente al Llano del Remedio |
Al cumplirse el segundo aniversario de
las ejecuciones, el 19 de enero de 1821 fueron exhumados los cadáveres del
cementerio del convento de monjas de la Trinidad y por la tarde conducidos en
un carro triunfal acompañados de un inmenso gentío al Campo de la Libertad,
donde se pronunció un elocuente discurso. A continuación fueron llevados a la
iglesia de la Compañía donde fueron colocados en un majestuoso catafalco.
Después de celebrada una misa de réquiem se pronunció una oración fúnebre y sus
restos fueron trasladados al cementerio inmediato a la puerta de san Vicente
donde fueron disparadas salvas en su honor. Toda la carrera estaba engalanada
como en las grandes festividades, siendo escoltada a retaguardia por la Milicia
Nacional.
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